La estrecha vinculación de los problemas socioambientales que caracterizan la grave situación de emergencia planetaria reduce la efectividad de su tratamiento por separado realizado por distintas disciplinas, por lo que se precisa una nueva área de conocimientos, una Ciencia de la Sostenibilidad, que integre campos aparentemente tan alejados como, por ejemplo, el de la economía, el del estudio de la biodiversidad y el de la eficiencia energética, pero que tienen en común el referirse a acciones humanas que afectan a la naturaleza. Se hace evidente, pues, la necesidad de abordar globalmente, sin reduccionismos, el sistema cada vez más complejo constituido por las sociedades humanas y los sistemas naturales con los que interaccionan y de los que, en definitiva, forma parte. Esa es la razón de ser de la naciente Ciencia de la Sostenibilidad, cuyo objetivo explícito es contribuir a la transición a la sostenibilidad, es decir, señalar el camino hacia una sociedad sostenible.
Se trata de una ciencia nueva para un nuevo período de la historia de la humanidad, el Antropoceno, en el que el planeta está experimentando grandes cambios, debidos principalmente a la acción de los seres humanos y que afectan desde la biodiversidad hasta a la composición de la atmósfera, amenazando la supervivencia de la propia especie humana. La Revolución Industrial y los cambios económicos, demográficos, tecnológicos y culturales asociados a la misma han conducido a lo que muchos científicos han comenzado a denominar ‘el Antropoceno’, que podemos básicamente traducir como la Edad de los seres humanos. Una respuesta a este desarrollo es el campo emergente de la ‘Ciencia de la Sostenibilidad’, un intento multidisciplinar y sistémico de percibir y comprender esta nueva etapa.
Puede afirmarse por ello que nos encontramos ante una profunda revolución científica: después de la revolución copernicana que vino a unificar Cielo y Tierra, después de la Teoría de la Evolución, que estableció el puente entre la especie humana y el resto de los seres vivos… ahora estaríamos asistiendo a la integración del desarrollo social (económico, industrial, cultural…) con los procesos del llamado mundo natural. Se derriban así barreras como la que separaba las ciencias sociales de las naturales, haciendo posible la comprensión de las interacciones humanidad/medio físico al abordar conjuntamente una problemática que es sistémica y compleja.
Pero la revolución científica que supone la Ciencia de la Sostenibilidad va más allá de la unificación de campos y resulta aún más profunda: se ha comprendido que, para hacer posible la transición a la sostenibilidad, es necesario incorporar en la investigación y toma de decisiones a personas cuyo trabajo habitual se desarrolla fuera del ámbito académico, porque los objetivos, conocimientos y posibilidad de intervención de la ciudadanía resultan imprescindibles para definir y poner en práctica estrategias viables. Se trata, por tanto, de una ciencia no solo interdisciplinar sino esencialmente transdisciplinar que potencia la participación ciudadana desde el origen mismo de los estudios realizados, es decir, que apuesta por una plena integración Ciencia/ Tecnología/ Sociedad/ Ambiente que rompa el aislamiento del mundo académico y multiplique la efectividad del trabajo conjunto (Ver http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=24).
Y en este desarrollo, la educación está jugando y ha de seguir jugando un papel esencial, como demanda el carácter transdisciplinar de la Ciencia de la Sostenibilidad. Desde la Asociación AIA-CTS, hacemos un llamamiento a todos sus miembros para el impulso de esta nueva área de conocimientos y el envío de cuantas publicaciones en las que participen consideren que son una contribución a la Ciencia de la Sostenibilidad.
Vilches, A., & Gil Pérez, D. (2013). Ciencia de la sostenibilidad: Un nuevo campo de conocimientos al que la química y la educación química están contribuyendo. Educación química, 24(2), 199-206. [download]